miércoles, 28 de febrero de 2018

Todo gris

Me dijeron que viajar me iba a abrir la mente. Por ahora, lo único que me ha abierto es un apetito incontrolable. Mi madre, en esa misma línea, me dijo que este viaje me iba a enseñar a ser más tolerante con los que piensan distinto. Menos calentona. Creo que esto nace más bien del miedo que tiene mi madre de que un día le arranque a tirar piedras a los Mc Donalds u ocupe una casa con gente que tenga remeras de SOAD. Al menos eso pensé yo cuando me lo dijo.

Sin embargo, a casi un mes (porque como febrero tiene esto de los 28 días no me siento cómoda diciendo un mes) creo que mi madre -y espero que nunca lea esto- tiene razón. Bah, en realidad, no sé si me voy a hacer más tolerante, aunque quisiera. Lo que pasa es que estoy sorprendida por la relación de los españoles con la política. No sé si es mi impresión naive de turista o qué, pero acá cuando pregunto algo relacionado con la coyuntura regional a quién sea, siempre tienen algo para decir. En Uruguay me decepciona mucho cuando te responden: "No sé, no me interesa la política" u otras cosas que me generan mini ACVs. 

La cuestión, y acá el por qué comencé recordando el deseo de mi madre, es algo que por ahora llamo el "grisismo" español (¿se entiende? grisismo vendría a ser del gris lo que el amarillismo del amarillo). Esto es lo que pasa: cuando le pregunto algo a alguien y me responde argumentando bien, me voy haciendo una idea de qué orientación política o ideológica tiene. No lo hago por gusto, me resulta inevitable; quizás ese sea mi problema. Y cuando le pregunto algo sobre otra cosa, me da una respuesta que me manda a la otra punta del mapa ideológico. Me vuelvo loca. 

No es que no sepan, saben de lo que hablan. Por lo menos están informados, no sé si sabrán pero tienen argumentos. Antes me había pasado un par de veces, pero pensaba que eran personas incongruentes y listo. Acá me pasa todo el tiempo. Con gente de la facultad, con mis profesores, con mis vecinos, con amigos y amigas de gente de acá. Están en contra de la monarquía, pero a favor de sus prácticas. Conscientes de la desigualdad de oportunidades en el desarrollo de las personas, pero discriminan entre españoles y gitanos. Ponen el grito en el cielo por el maltrato animal, pero son taurinos. Y así, muchas cosas.

¿Es una condición del ser humano de la que yo recién me vengo a dar cuenta? Puede ser. ¿Tiene que ver con la historia de este país, que hizo a su gente ser así? No sé. ¿Tengo una mirada completamente parcial y ninguna prueba que confirme mi hipótesis del grisismo español? Sí, obviamente. 


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